jueves, 22 de enero de 2015

Monumental Redentor



La Era Verón marcó otra fulgurante corriente anticíclica: transformar en cotidianos los buenos resultados en la hostil Núñez. Doce victorias pinchas se cuentan en el Monumental durante el profesionalismo, con el último 1-0 de Vera; cinco, desde aquel cabezazo de Maggiolo en el 2007. Un historial adverso que empieza a revertirse

No casualmente se concluye que, más por regla que por excepción, son tiempos fuera de lógica en el fútbol argentino y que eso es lo que lo hace un deporte distinto a todos. Dinámica de lo impensado, fue dicho, el resultado menos esperado parece que siempre está al caer. Y huelgan ejemplos históricos; uno propio, en la época más indecorosa del club, la que se llevó puesto al equipo al descenso mientras Estudiantes lograba sellar la que, sin embargo, es todavía la mejor década en cantidad de victorias (4) visitando la cancha de River, en un historial que, junto al que lo enfrenta con Boca, se impone hegemónicamente desfavorable.
Apenas tres porotos apoyaba Estudiantes en el casillero de las maduras, jugando en el Monumental, hasta la victoria del Clausura ’91 con gol del Torpedo Lorenzo Sáez, movedizo delantero (el apodo redunda describir características) incorporado tras ganar el Apertura ’90 con el Newell’s de Bielsa. Esa noche, Humberto Zuccarelli lo hizo entrar en el complemento por Leani y el cordobés marcó el cuarto y último gol de su breve paso por el club. Cuatro goles en dos partidos: los otros tres, en una misma tarde, ante Deportivo Español, el día del debut como árbitro de Javier Castrilli.
Los tres triunfos previos van hasta la década del ’70 y a los inicios del profesionalismo, en el torneo de 1935, cuando marcó el primer pleno en el Monumental con un 2-0 en la 2da. fecha del campeonato. La segunda victoria se demoraría… 38 años. Casi cuatro décadas: 2-1 en la 14° fecha del Metropolitano ’72, en el tobogán descendente del equipo que venía de ganarlo todo y que terminó disputando el Reclasificatorio de ese año para no descender. La tercera, de seguro, la más recordada: furibunda victoria del equipo de Bilardo subcampeón a un punto en el Nacional ’75, con el 2-1 en la segunda rueda de la zona A (uno del uruguayo Cabezas Gonella y Rubén Galletti) para consolidar una serie de nueve partidos invictos y una clasificación sin fisuras al Octogonal Final por el título, ese que quedaría para el River de Labruna después del 0-1 en Vélez con gol de Reinaldi y el penal errado de Carlos López.
Un triunfo en 1935, otro en el Metro ‘72 (aquí vale un asterisco, aunque no se contemplen copas internacionales: la racha rompe en la Libertadores del tricampeonato ’70, con el 1-0 de la ida semifinal), el tercero del Nacional ‘75 y los cuatro ya citados de la década del ’90: el 1-0 del Clausura 1991; las dos victorias de 1993, ambas por 2-0, una por el Clausura (goles de Calderón y Carracedo en la levantada del equipo de Garisto que hasta se daría el goce, poco común de época, de ser efímero puntero) y la otra por el Apertura (el Rulo París y Gabriel González, la tarde de la camiseta roja); y la goleada 4-1, hasta esa noche sin antecedentes, al River tricampeón de Ramón Díaz en el Clausura ’97 con dos de Palermo, Leo Ramos y el Potro Fúriga. Siete triunfos en el Monumental hasta 1997: tres en sesenta años; cuatro en seis…
Lo trascendente estaba al caer. Pasarían diez temporadas hasta la siguiente victoria, la del campeón de Simeone que iba por el bi y se llevó tres puntos valor oro en la última jugada con un cabezazo de Maggiolo después de un finísimo centro de la Brujita Verón. El 1-0 no alcanzaría igualmente para quedarse con el título que sí lograría San Lorenzo. Estudiantes le adicionó al triunfo, sucesivamente, un empate, 4-4, con Newell’s y una derrota con Racing en Avellaneda que lo alejarían definitivamente de la pelea.
Ese pleno es parte de la plusmarca vigente: cicatrizada la herida de la eliminación en Sudamericana, el gol del uruguayo Vera estiró a cinco los triunfos en las últimas ocho visitas de Estudiantes al Monumental por torneos locales, con un empate (el 1-1 del Apertura 2009, en la previa del Mundial de Clubes) y sólo dos caídas: 2-4 en el Apertura 2007 y 0-1 en el Final 2013, todavía con Diego Cagna en el banco. Al 1-0 de 2007, se suman el 2-1 (Calderón y Marcos Rojo) del Clausura 2009 con equipo alternativo en la previa del Mineirazo; el 2-1 del Inicial 2013 de Román Martínez y Auzqui; y la mayor goleada del Pincha en Núñez, cuando el campeón récord de Sabella le puso la tapa al Apertura 2010 con un inapelable 4-0 patentado en los goles de Desábato, Matías Sánchez, Rojo y Mercado. Carnaval en la segunda bandeja, mientras Vélez sumaba victorias pírricas que no le darían alcance al Pincha. Y la continuidad de una racha favorable sin antecedentes en el Vespucio Liberti.


* Publicado en el número de diciembre de Revista Animals!.
 

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