jueves, 26 de junio de 2008

Acerca de "Acerca de Roderer"


¿Cuál es el límite de la ciencia o el conocimiento? ¿Los tiene? ¿Hasta dónde, aún sin proponérselo, el hombre es parte del destino final?
Las preguntas tienen un camino unívoco y hasta aleatorio en toda la obra: sólo cobran sentido cuando todo se desvanece y en nombre de la razón el individuo simula evaporar todo lo que lo rodea; lo más próximo; ¿lo más deseado?
Ese es el surco que plantea Martínez. El autor rediscute el papel de la razón y la verdad, y el fundante y relevante poder de la inteligencia cuando lo trascendente para el hombre es, por transitividad, lo incandescente del colectivo. Allí donde el protagonista (en la historia, un tal Roderer) busca devorarse asimismo a la ciencia, y ésta, de modo teológico, lejos queda de apostar por lo que él realmente necesita: ese Tiempo que todo lo logra y se lo devora antes en su nombre.
El mismo ritmo, tiempo, que hubiera hecho trascender a la historia y al protagonista, tratando de reconocer esas dos formas de inteligencia que el autor presenta y bifurcan la trama: la que se aproxima cordialmente al mundo y sus ideas consagratorias; y aquella otra, tan infrecuente como "incapaz", que navega la locura o el final más inesperado: la muerte. Todo eso inmerso en un epílogo tan triste como insospechado.

Guillermo Martínez:
Acerca de Roderer. Buenos Aires, Planeta, 1992.

jueves, 12 de junio de 2008

Off


Neustadt será siempre el fondo de pantalla de interminables discusiones de las que de a poco dejaba de ignorar su razón; el gesto ampuloso del tipo que se creía llamado a ser el moderador mediático de la nuevas verdades. Pero sobre todo eso: la puerta que descubrió en el adolescente el poco sincronismo del pensamiento hogareño.
Se murió. Queda como consuelo saber que lo único que respiraba hace años eran las migajas de efímeras obsecuencias.
Con él huye una parte de esa infancia. Se lleva de la mano el sutil mérito de haber ideologizado el sentido común que Doña Rosa transformaba en opinión pública; y la pluma añeja que presagiaba el apocalipsis nacional. Nada más; las charlas con Massera y algún que otro personaje de su tropa; su formación al servicio del poder económico; y esa obsesión que lo persiguió hasta su último mediodía y no necesita respuesta: dónde estaban los colegas amigos que nunca pudo encontrar.

miércoles, 4 de junio de 2008

Amor de loser


Nihilista y apocalíptica, la voz neo-realista de Bukowski conjuga una mirada cruda de modo explícito, pero no por ello carente de incertidumbre.
Si pudiera elegir un lugar para leerlo, ese lugar es la ruta: sentado sobre una piedra, con los brazos en las rodillas, un par de mochilas sobre la banquina y lo que amo como consuelo. Acaso sea el único lugar donde lo más que se pueda perder es la sombra de algún árbol; perdiendo el tiempo, ganando vida, para lo que venimos al mundo.


462-0614
tengo muchas llamadas ahora,
son todas como
"¿sos charles bukowski
el escritor?".
"sí", les digo
y me dicen que entienden
lo que escribo,
y algunos son escritores
o quieren serlo
y tienen trabajos tontos y horribles
y no pueden enfrentar la habitación
el departamento
las paredes
esa noche
buscan alguien con quien
hablar,
y no creen que
yo no puedo ayudarlos
que no conozco las palabras.
no pueden creer que a menudo ahora
me doblo en mi habitación
agarrándome la panza y digo
"jesús, jesús, jesús, ¡no me nuevo!"
no pueden creer
que la gente sin amor
las calles
la soledad
las parades
son mías también
y cuando cuelgo
piensan que me guardé
mi secreto

yo no escribo desde
el conocimiento
cuando suena el teléfono
a mí también me gustaría escuchar las palabras
que puedan aliviar
un poco ésto

por esa razón mi número
figura en la guía


La cara de un político en un afiche callejero
ahí está él:
sin demasiadas resacas
sin demasiadas peleas con las mujeres

sin demasiadas ruedas pinchadas
nunca un pensamiento de suicidio

no más de tres dolores de muela
nunca le faltó comida
nunca en la cárcel
nunca enamorado

7 pares de zapatos

un hijo en la universidad

un auto nuevo

pólizas de seguros

un jardín muy verde

el tacho de basura con la tapa ajustada

será el elegido


Nota sobre la construcción de las masas
alguna gente es joven y nada
más y
alguna gente es vieja y nada
más
y alguna está en el medio y
sólo en el medio.

y si las moscas usaran
ropa
y todos los edificios ardieran en
fuego dorado,
si el cielo se sacudiera como
en la danza del vientre
y todas las bombas atómicas empezaran a
gritar,
alguna gente sería joven y nada
más y
alguna gente vieja y nada
más y el resto sería lo mismo
el resto sería lo mismo.

los pocos diferentes
son eliminados bastante rápido
por la policía, por sus madres, sus
hermanos,
y otros
por sí mismos.

lo que queda es lo que
ves.

es duro.


Causa y efecto
los mejores a menudo mueren por
su propia mano
sólo para huir,
y aquellos que quedan atrás
nunca pueden entender
por qué alguien
querría
huir
de
ellos.