miércoles, 30 de enero de 2008

Siento, existo, pienso... luego


Amanece
la puerta, entreabierta
Espiás
su ropa, sus sentidos, una sombra desconocida
el piso apenas visible
molesto, abrigado, confundido
L
os gestos son huéspedes de tu soledad
y ella se convence

Falsas levedades van de la mano
de esa luz que sube y enceguece
Y en el rincón
su mirada, el goce, su imaginación
Y ya no estás
Tus ojos se robaron el dolor
y la cerrás por última vez


Imaginado en agosto de 2007