martes, 19 de noviembre de 2013

El otro siete



Convocados por la Fundación Eva Perón, en 1948, los equipos de Primera se enfrentaron amistosamente con sus clásicos rivales. En 57 y 1, Estudiantes le ganó a Gimnasia 7 a 2: una paliza sin equivalencias y, acaso, la siembra histórica de 2006

Hay contextos, impensados de antemano, que pueden determinar y modificar las características de un acontecimiento y su posterior trascendencia. En el fútbol, esas particularidades redundan en hechos extraordinarios que le abren el baúl a los mojones y los hitos de la historia. ¿O Aldosivi, por caso, no sigue tipeando historia grande con lo que debió ser un partido más de liga local cuando Alvarado lo enfrentó en una última fecha y, paradoja del destino, necesitaba que su rival lo venciera por goleada para repetir el título y habilitarle un repechaje para el Regional? Insospechado, sí. Pero real: mandaron a la cancha un once de 4ta. y 5ta. y no hay pozo para el arrepentimiento: fue 0-13.
“Picón”, picado como en la plaza, “match vermouth destinado a despertar el apetito para deglutir con más ganas el manjar por venir”, inferían los comentarios periodísticos de época por lo fuera de lo común del encuentro, anticipando además la revancha al caer por el campeonato, siendo que era el tercer partido amistoso entre pinchas y triperos, que no se enfrentaban en esta condición desde… 1917.
Amistoso u oficial, Estudiantes jugó a sus anchas esa calurosa tarde y le puso fibrón rojo al calendario del 17 de agosto de 1948, tanto por causalidad de presente como por peso de la historia: hasta el lustro mágico del regreso de Verón y los cinco al hilo con el 7-0 como punta de lanza, la del ’40 era la década de mayor diferencia en el historial entre uno y otro (8 victorias y sólo dos derrotas, con descenso incluido para el Lobo cayendo en la última del ’45 contra el Pincha en Lanús) y había marcado un período de prepotentes donaciones con los logros en las copas Escobar y República y el tercer puesto del ’44. Y, en adición, como en extraña deuda, Estudiantes refrendaría el 7-2 tres semanas después, también de local, con un 6-1 y otra goleada implacable a Gimnasia. Lee bien: 13 goles al clásico en 18 días.
No hubo equivalencias de ningún tipo: un equipo que llegaba al amistoso con el Lobo con un Infante encumbrado en la tabla de goleadores, que peleaba el torneo y había perdido el liderazgo sólo un par de fechas antes frente a River, y marcaba la mejor campaña entre el hito de Los Profesores del ’31 y el inicio de la gloria toda en el ’67; y otro que terminaría aquel 1948 en posición de descenso, luego anulado tras la huelga de los profesionales que determinó la suspensión del torneo y su continuidad con juveniles.
Además de los siete goles, si algo extraordinario acumuló el partido, que se jugó a la misma hora que los otros clásicos programados por la AFA y el Gobierno para colaborar económicamente con el organismo de asistencia social del Estado, se dio por la inusual fecha de disputa (feriado de martes por la tarde) y por la posibilidad de cambios ilimitados que tuvieron los técnicos de ambos equipos, lo que obligó (ver aparte) a suspender el tradicional partido de Reserva para cuidar jugadores y mecharlos en Primera. Y hay más: la ausencia del entrenador tripero en el banco de suplentes… el mismísimo Nolo Ferreira, en una de las efímeras experiencias como entrenador que tuvo el crack pincha del amateurismo, reemplazado ese día por el volante central, Roberto Scarone, que trocó pilcha de futbolista por saco de DT, de posterior y luminosa carrera como entrenador en el Peñarol de los ’60.
Ausentes Ogando y Arbios en el albirrojo, y sólo el zaguero Charini en Gimnasia, los equipos bajaron en cancha lo mejor disponible -aun habiendo jugado por campeonato 48 horas antes- para no restarle interés a un partido cuyo objetivo era lograr concurrencias de las amplias por su estricto sentido benéfico. Por eso el triunfo y su trascendencia, pese a la inusual disposición de permitir suplentes y el varieté de cambios: el 5-0 parcial del primer tiempo se produjo con las formaciones base que uno y otro venían mostrando en el torneo oficial. Como en 2006, un año sin equivalencias…
El primer gol llegó apenas iniciado el partido, sobre el arco del Industrial: una asistencia pasada de Gagliardo, desde la derecha, sobró a Menella y Barreiro cabeceó, sin marca, para el 1-0; el segundo, obra de Alberto Pogliani, titular en lugar de Arbios, capturando un rebote largo del arquero Poggi; el tercero y el cuarto, a través de centros sinónimos de Gagliardo, que, como en el primero, hizo malabares con sus desbordes, abrió el espacio y cedió, respectivamente, para Pelegrina e Infante, autor también del quinto con una atropellada furibunda antes de terminado el primer tiempo.
El complemento mostró a las dos escuadras con varias modificaciones y un Estudiantes que, pensando en el domingo siguiente contra el animador Racing, bajó la guardia en un clásico que se había cerrado en apenas 45 minutos. Garcerón y Gagliardo aumentaron números, José Santiago descontó después por dos, pero los goles triperos apenas sirvieron para decorar un 7-2 que, por momentos, midió elevar la cifra y fundó un marcador reapropiado por los pinchas de ayer, y extendido hasta hoy, como mandato místico.

* Un escrito para el número 81 de Animals!.

jueves, 7 de noviembre de 2013

De valor nudo... nada



Concepto Cero x Concepto Cero: El Compilado
Concepto Cero
(2013)

Será la ubicación de los vocablos la que define las valoraciones conceptuales del sello: si el cero ubicado a la izquierda de un número entero no modifica su valor, a la derecha lo decuplica. Y, entonces, lejos del final de algún recorrido, el cero actúa como el principio de todo en CC y el sello independiente puede mutar, así, en un compilado de temas de los músicos y bandas a las que edita; o ser un engranaje más del Tica Red (que con Concepto Cero, integran Dice Discos, Tomas del Mar Muerto, Serial Música, Desde el Mar (Mar del Plata), DDP (Tandil), Spin Conectora y Uf Caruf!) que aglutina a una porción importante de los catálogos independientes que trascendieron, en el último tiempo, en minestrones culturales como La Plata y otros polos bonaerenses. Uno de los tantos colectivos destinados a trocar la lógica comercial de la cadena donde la parte del león se impone como lucro para discográficas y distribuidoras: invirtiendo las matrices hegemónicas de producción, lo que predominará, ante todo, será el artista y su obra.
El compilado propone dar muestra de todo esta ecléctica (sobre todo, eso: de diversidad hablamos) “nueva energía” que transmite el sello desde su particularidad: siete bandas (Shaman y Los Pilares de la Creación, Mostruo!, Excursiones Polares, El Perrodiablo, Casimiro Roble, Brahman Cero, Tata Laxague) que no sólo dejan su corte de difusión, “como una forma de introducir a Concepto Cero a nuevos mercados: radio, festivales, revistas, catálogos”, a decir de uno de sus mentores, Nico Madoery, sino que los propios artistas del sello se versionan entre ellos. Así, en el inicio de un hipotético Lado B de seis temas, decantarán los Perrodiablo versionando el folk de nervio psicótico que proponen las guturales formas de Shaman Herrera; ellos mismos, en la imagen blusera de “La guerra psicológica” propuesta por Excursiones Polares; o la interpretación experimental desde las tomas electro que patentan los Brahman Cero en “Tiempo ahorrado” de Excursiones Polares.
La producción, que contó con el apoyo del Instituto Cultural bonaerense vía el Catálogo de Sellos, decanta, también, a través del collage gráfico diseñado por Emmanuel Orezzo sobre imágenes de Corina Arrieta, Francisco Laxague, Cata Moncal y Valentino Tettamanti.
“Dejame que crea que son para mí, imágenes tenues huracanadas”, presagia el Doma en “Algo sobre estar vivo”, tema que abre El espíritu, el último laburo de los Perrodiablo y que integra el compilado. Ampliando la subjetividad al interpretar la metáfora, de esa manera, quizás, se pueda resumir el devenir de un sello, con posturas y estilos diversos, que se propone (Madoery txt) generar una escena que trascienda los géneros al producir y pensar las producciones musicales emergentes.

* Un escrito para el número cinco de Estructura Mental a las Estrellas.