viernes, 26 de marzo de 2010

La vida según Symns


"... Las ciudades son las hijas del miedo, del miedo a la selva. Ya en el trazado de la ciudad descubrís que su rectitud (calles, manzanas, esquinas, veredas) está construida para que un pueblo ciego camine por ella.
El bar es el último pantano de la selva, el último lugar donde existe riesgo; porque, ¿qué no es el bar?: el lugar donde cuchicuchi va construyendo esa pequeña vida de ciudad, de conformarse con escribir un libro o tener hijos.
El bar es la última oferta de la eternidad, lo que queda de la libertad, del peligro a perder tu novia, que te enojes con tu amigo.

El bar es el bosque, no tanto la selva, que le queda a la ciudad..."

martes, 16 de marzo de 2010

¿Qué siesta, Gordo?


Lo vi. Estaba acostado. Tenía puesta la mueca irónica de siempre. Tímida, pero canchera. Con la suficiencia del que sabe lo que hace. Esa cara de no digo nada pero pienso todo que siempre compartía. Le dije que no me gastara.
- "Levantate Gordo, dale"
Se abrazaba el padre, los amigos. También un tipo que tenía visto de la tele, desvencijado por dentro y amable por fuera.
- "Nos vamos, Jorge... "
Me insinuó un "cuchá" con la vista, cansado, y tocó la música de todas las noches, la que sigue sonando.
Tranquilo, lo dejé. Como cuando entraba y preguntaba por los afiches de la parecita del Centro; cuando se prendió de testigo la madrugada del Indio que los labios descansaron recién de día, apoyado en la barra o con las manos juntas, hamacando los puños desde la entrepierna. Como el campechano de ropa oscura y ritmo tanguero que hasta se bancó alguna patada insolente de quien cuenta en el fútbol 5 de 44 y 3.
Seguro que nos está diciendo que no dejemos nada para mañana.
Nada.

Lo pensé al otro día. Pero está bien ahora, para acordarse siempre.

PD: También acá a finales de 2009.