viernes, 14 de noviembre de 2025

Mendoza, el nuevo grito del fútbol federal


La conquista de Independiente Rivadavia en la Copa Argentina 2025, la primera de su historia a nivel nacional y la primera del fútbol mendocino, se suma a los hitos recientes de Patronato de Entre Ríos, Talleres de Córdoba y Central Córdoba de Santiago. Cuatro provincias suscribieron su nombre a la élite de campeones nacionales en los últimos cuatro años. Desde 1944 y hasta 2022, sólo Tucumán contaba con ese privilegio por fuera del eje fundacional Buenos Aires-Santa Fe

Hasta el título de Patronato en la final victoriosa contra Talleres de Córdoba en 2022 por la Copa Argentina, había que retroceder hasta 1944 para encontrar al último campeón de una competencia nacional, organizada por el ente oficial, cuyo origen no estuviera dentro del eje fundacional histórico de la Asociación del Fútbol Argentino, comprendido por la Capital Federal, el Área Metropolitana de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe: fue San Martín, el “Santo” de la provincia de Tucumán, consagrado como el mejor en el llamado Campeonato de la República de 1944 venciendo en la final por 3-1 a Newell’s Old Boys; el primer campeón indirectamente afiliado a la AFA de la historia.
Ese hito quebraría, 78 años después, el Club Atlético Patronato de la Juventud Católica de la ciudad de Paraná: que una institución ajena al circuito productivo de los puertos Buenos Aires/Rosario/Santa Fe consiguiera un título oficial de AFA. Sólo dos años después, y ocho décadas más tarde que aquel hito tucumano, se sumó Central Córdoba de Santiago del Estero con su histórica consagración en la Copa Argentina 2024 derrotando a Vélez en la final jugada en el estadio 15 de Abril de Santa Fe.
Por si fuera poco, la proliferación de competiciones en la AFA actual -dos campeonatos de liga, una copa anual federal y otras tres con definición a partido único por temporada- hizo que el título de Talleres de Córdoba, este año, por la postergada Supercopa Internacional 2023 en la final con River llegara para saldar una deuda histórica del fútbol cordobés al obtener el primer galardón nacional para un club de esa provincia. Cierto, también, imposible obviar el único título oficial de división superior que ostentaba un club de Córdoba, con el Talleres de Ricardo Gareca campeón de la Copa Conmebol 1999. Pero, huelga aclarar, era un título internacional organizado por la CSF a la cual está asociada, claro, la Asociación del Fútbol Argentino, que no lo organizaba de forma directa.
Además de Talleres, Patronato, Central Córdoba y, desde este noviembre, el Club Sportivo Independiente Rivadavia de Mendoza, por mencionar los nuevos campeones federales, hay otros 41 equipos argentinos que, desde fines del siglo XIX, han ganado al menos una competencia oficial organizada a nivel “nacional” por la actual AFA, llamada así desde la fusión definitiva de la Liga Argentina Profesional disidente y la Asociación Amateur oficial, en 1935. La última incorporación a esa lista de 45 había sido Platense, que en mayo ganó su primera estrella en el círculo de privilegio, venciendo en la final del Torneo Apertura a Huracán, e inscribió su nombre entre los campeones de liga del profesionalismo. Otro hito.

La geopolítica, condición necesaria y suficiente
Pese a que el país tiene 24 jurisdicciones administrativas, con el título de los mendocinos y a lo largo de la historia, los clubes campeones de las competiciones nacionales e internacionales oficiales se reparten sólo entre ocho de ellas: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero y Mendoza. El dato no es menor: cuatro de esas ocho provincias se anotaron a ese listado top recién entre 2022 y 2025. Un récord histórico para una AFA siempre exclusiva del fútbol centralizado en el eje fundacional porteño.
La geopolítica interna del país condicionó al fútbol criollo desde principios del siglo XX; la marca de su principal puerto comercial y comunicacional como eje de salida hacia el “mundo”, también. Hubo algunos mínimos atisbos de reconocimiento en los albores del fútbol como identidad colectiva, cuando la AFA, de aún denominación inglesa con “football” en lugar del castellanizado fútbol, amplió las “fronteras” de lo argentino reconociendo a la liga regional de Rosario, a la que incorporó oficialmente de manera regular para que se enfrentara contra el campeón porteño en la disputa anual del llamado Campeonato Argentino –la Copa Ibarguren– desde 1913. Porteños contra rosarinos jugando por el título “argentino”.
Los límites de la nacionalidad futbolística oficial, en la práctica, se abrieron desde siempre dentro de la pampa húmeda, contemplando a los clubes rosarinos y, sólo años después, a los santafesinos. Pero poco más. De hecho, de esos concursos organizados en el circuito productivo de los puertos Buenos Aires/Rosario salieron los representantes argentinos que jugaron las primeras copas internacionales contra los uruguayos: la Copa de Competencia, la Copa de Honor “Cusenier” o la Copa Aldao. De allí que, a más de cien años de consolidarse esta estructura, aparezcan consagraciones de clubes como Tiro Federal o Atlético del Rosario, hoy un participante habitual del rugby nacional que, sin embargo, fue parte constitutiva del nacimiento del football criollo, siendo el primer club rosarino de la historia en disputar el campeonato de Primera División, en 1894.
Desde sus orígenes, la historia oficial del fútbol nuestro designó a sus “campeones nacionales” por la Copa Campeonato que exclusivamente jugaban unas pocas -pero trascendentes y fundamentales en la memoria colectiva por su popular arraigo cultural- instituciones ubicadas dentro de Buenos Aires y su Área Metropolitana, hoy conocida como Gran Buenos Aires.
Recién entre 1939 y 1948 se dio una primera apertura “efectiva”, sumando a las entidades más representativas de Rosario y Santa Fe como afiliadas directas de AFA. Así empezaron a competir de forma regular en los concursos porteños: primero fueron Newell’s Old Boys y Rosario Central, luego Unión y después Colón.
Pero no sería sino hasta 1967 -pese a la discontinua disputa de competencias como la citada Copa de la República ganada por San Martín de Tucumán– y la creación del Torneo Nacional, cuando, después de siete décadas, se organizaría un torneo evidentemente “argentino y federal”, con representación regular e institucional de la mayoría de las provincias. Fue cuando los “grandes” del interior empezaron a tener visibilización a nivel nacional y aparecieron los primeros títulos en Primera División de los dos grandes de Rosario; o los subcampeonatos de Talleres de Córdoba (1977), el Unión santafesino (1979) y el Racing de Nueva Italia cordobés (1980).
El albiazul cordobés tendría otras grandes campañas en el siglo XX: fue 4º en 1974, semifinalista en los campeonatos Nacionales de 1976 y 1978 y 3º en el campeonato regular de Primera División de 1980, cuando se ganó en la cancha el derecho a jugar anualmente el Metropolitano de los porteños gracias a la Resolución 1.309.
Con el nuevo siglo, llegaron los dos subcampeonatos de Talleres en las Copas Argentina de 2020 y 2022; el reciente segundo puesto en el Campeonato de la Liga Profesional 2023 que le arrebató el River campeón de Martín Demichelis; y el esperado campanazo al obtener su primer y postergado título nacional con la Supercopa Internacional ganada por penales en Asunción de Paraguay frente al Millonario.

Los 45 campeones de torneos superiores de AFA, Conmebol y FIFA
Al Atlético del Rosario (Rosario Athletic) lo abraza el honor de haber sido el primer campeón “del interior” de un torneo de fútbol organizado por las entidades oficiales antecesoras de la hoy AFA: el primero “no porteño” en lograrlo. Ganó tres ediciones de la Copa de Competencia “Chevallier Boutell” (1902-1903-1905). Considerada la primera competición internacional del continente, era organizada entre clubes del torneo de Buenos Aires (Argentine Football Association), la Liga Rosarina y la Liga Uruguaya.
De Rosario, también se anotan como campeones Tiro Federal (Copa Ibarguren 1920), Central Córdoba (Copa Beccar Varela 1933) y, claro, Rosario Central y Newell’s Old Boys, los campeones “modernos” rosarinos que también se anotan con varios títulos del profesionalismo en el principal campeonato de Primera División, la hoy Liga Profesional de Fútbol.
Por fuera del eje del puerto de Rosario, recién en 2021 la provincia de Santa Fe pudo anotar a un campeón de otra ciudad: Colón, de Santa Fe de la Vera Cruz, al levantar la Copa de la Liga de esa temporada con Eduardo Domínguez en el banco. El Sabalero pudo revalidar para la capital santafesina el título que se le había negado en 1979 a su archirrival Unión, cuando el Tatengue perdió la final del Torneo Nacional de Primera División por diferencia de gol. Se dijo: Tucumán, con San Martín; Córdoba, con Talleres; Entre Ríos, con Patronato; Santiago del Estero, con Central Córdoba, y, desde ayer nomás, Mendoza, con Independiente Rivadavia, completan el círculo de privilegio de campeones oficiales nacionales del mal llamado “interior”.
Campeonatos, copas, torneos por puntos a una y dos ruedas, títulos jugados a un partido, campeonatos rioplatenses, trofeos definidos por diferencia de gol, por córners a favor o por penales, como se estila en la era moderna desde la década de 1970: 420 títulos oficiales, organizados entre 1891 y 2025, repartidos entre 45 instituciones de siete provincias y la Capital Federal.
De todo, como en botica.

* Unos garabatos sueltos, pensados y publicados en 90 Líneas.

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