lunes, 27 de junio de 2016

Derrota

No es maldición ni pesadilla. No se le caen los anillos a Pizzi, pese al verso incómodo de la verba: primero anula, después juega. Saca el manual de la última final, lo copia y centra en anular al mejor de los 22: marca escalonada, presión cerrada por espalda y de frente, variantes en la fricción para quemar amonestaciones del mediocampo. No se le caen los anillos para simular "la idea" defensiva de hace un año atrás; ni para que parte de esa marca pueda ser de Sánchez o Vargas.
No se le caen las ideas al conductor nuestro para chapear variantes a una experiencia que se repetía y te daba la chance. Privilegio de pocos el de Martino.
Nivel superlativo de los defensores (Otamendi y Funes Mori, otro tanto Romero y Mercado, el mejor Mascherano en cada relevo otra vez), nunca tuvo un "plan B" para evitar la fotocopia en rendimiento y resultado de 2015; ni para sacarle a sus jugadores la presión con la que -evidente- jugaron anoche, más los penales asomaban de fondo. Lo "mental" hizo el resto. Ahí tampoco hubo técnico.
Chile no era Venezuela, Bolivia o Panamá. Es mérito del rival el Messi aislado de ayer que así y todo es figura porque no hay ninguno como él. Crack único que hasta nos dio el enorme handicap para el fútbol de hoy de dejarnos 11 contra 10 buscándolo a Díaz. Es desmérito del DT nuestro no saber aprovechar ni acompañarlo. Ahí tampoco hubo técnico: 20 goles en cinco partidos, ninguno en 120 minutos en el único partido de peso.
El "consuelo" es el de la derrota definitiva del #LirismoApropiador que se aggiornó en la previa más por culto al verso y paraguas abierto, que otra cosa. Ni eso les sirve.
Pero las copas se siguen guardando en vitrinas ajenas; y con lo mejor de "la nuestra", en serio, imponiendo condiciones con el bidón y la garra en la mano. Como ayer Chile, como en la foto.
 

No hay comentarios.: