miércoles, 23 de diciembre de 2015

Carrefour

La excusa moderna de los milicos fue el comienzo de un "reordenamiento urbano" general para abrir dos calles que atravesaban los terrenos del Viejo Gasómetro; y, más falaz aún, la necesidad de que varios clubes porteños (Vélez, Huracán, el mismo San Lorenzo) se acomodaran a los "nuevos tiempos" y comenzaran a compartir sus canchas para luego utilizar los terrenos (ya vacíos de fútbol) con fines sociales o comerciales.
No hacía falta mucho más: un decreto de expropiación para sacar a San Lorenzo del barrio de Boedo y armar una sociedad fantasma para beneficiar a los amigos civiles de los genocidas de turno, que años después le venderían esas manzanas pensadas para "uso social y comercial" a la empresa francesa, Carrefour, para enhebrar un negociado millonario para unos poquitos.
Ocultas, las verdadaras explicaciones: la vinculación de sectores de la hinchada azulgrana (como los "quemeros" vecinos de Parque Patricios) con Montoneros; y que aquel "Wembley porteño" de Avenida La Plata (escenario de históricos partidos del Seleccionado en la primera mitad del siglo XX, como un Monumental actual) fuera el espacio privilegiado que, en plena dictadura, las Madres de Plaza de Mayo apropiaron para hacer una de sus primeras apariciones públicas.
Boedo, la "restitución histórica", los cuervos vuelven a su cueva...
Justicia. Chapeau.

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