martes, 7 de enero de 2014

Ruta 5


Parece nomás, escucho, que cerró "Aníbal", ese tugurio sin fronteras que regenteamos hace + de una década y que salvaba todos los bajones de madrugada; salvar hasta la puerta: pasar el vitral (?) industrial sin aceite que daba a calle 5 ya era asunto de tu mirada y de las amistades de ocasión que podías hacer con navajeros o dealers sin ambición que lo llenaban buscando Fútbol para Todos o los antiguos codificados de la Corpo (sic); la excusa de una carrera maratónica que intuía tardes de alcohol barato o Palermo a medio enfriar.
Pasaron los años, la cocina fue mutando apenas a minutas, milanesas y papas con Cañuelas sin filtrar, y, de alguna que otra familia o universitarios iniciados, yiró a ambiente "busca" de sobrevividero con aire a aguntadero. Y hay aroma de acuchillado al fondo sobre Aníbal; dicen, en la red del pajarito.
Pincha de ley, fanático sin preocupaciones, nunca dividió aguas con los colores que hacen de la ciudad un bisturí. Entrábamos todos.


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