viernes, 1 de febrero de 2008

La salvación


Suena excesivo hablar de minimalismo en Bioy Casares. Y tampoco creo tener la vocación literaria para encasillarlo en algún lado.
Lo último que leí de él fue "La aventura de un fotógrafo en La Plata", que por momentos me hizo acordar a algunos pasajes de Soriano. Y al Gordo lo criticaban por supuesta abundancia de simpleza. "Vulgar" le decían: también hay insanos en la Academia y los estrados culturales.
Laconismos al margen, dicen que lo bueno si breve, dos veces bueno.


Esta es una historia de tiempos y de reinos pretéritos. El escultor paseaba con el tirano por los jardines del palacio. Más allá del laberinto para los extranjeros ilustres, en el extremo de la alameda de los filósofos decapitados, el escultor presentó su última obra: una náyade que era una fuente.
Mientras abundaba en explicaciones técnicas y disfrutaba de la embriaguez del triunfo, el artista advirtió en el hermoso rostro de su protector una sombra amenazadora. Comprendió la causa. "¿Cómo un ser tan ínfimo" - sin duda estaba pensando el tirano - "es capaz de lo que yo, pastor de pueblos, soy incapaz?" Entonces un pájaro, que bebía en la fuente, huyó alborozado por el aire y el escultor discurrió la idea que lo salvaría. "Por humildes que sean" - dijo indicando al pájaro - "hay que reconocer que vuelan mejor que nosotros".

2 comentarios:

bartolomé rivarola dijo...

Pensar que una de las críticas más furibundas del gran Soriano es hoy columnista de la revista Viva... y no me refiero a Valeria Mazza.

Osvaldo Drozd dijo...

Sin dudas Bioy representa a uno de los grandes escritores argentinos. Al menos es uno de los que con su prosa, más me llega.
Un abrazo