miércoles, 23 de abril de 2025

Gatti: los “locos” clásicos de una leyenda


La partida del histriónico futbolista dio región a una infinidad revisionista de estadísticas tras su extenso camino por el fútbol argentino. Siendo aún el arquero más longevo en atajar oficialmente en competencias de AFA, Hugo Orlando Gatti es, además, el jugador de Gimnasia que más veces defendió el arco albiazul en los lances locales contra Estudiantes

Un cafre del arco con sus récords en el fútbol argentino, Hugo Gatti: es el futbolista con más partidos en ese puesto en campeonatos de Primera División, el que más penales atajó y el más longevo en disputar un partido oficial por torneos de AFA, con 44 años y 21 días de edad, en las primeras fechas del Campeonato 1988/89 en un juego frente a Deportivo Armenio en La Bombonera. Ese récord puede ser superado por Jorge Carranza, de Aldosivi, durante el actual Torneo Apertura. Pero ese, de darse, será otro mito…
Jugó en Atlanta, River, Unión, Boca y, claro, en el Lobo: seis temporadas en el franjeado, entre 1969 y 1974, que marcaron a fuego una historia única de un arquero distinto a todos. Inventó “La de dios”, una jugada que consistía en tapar el remate del delantero rival, arrodillado, con los brazos extendidos a cada lado simulando un Cristo en el césped como hoy imita el “Dibu” y antes tantos otros; fue líbero cuando la posición era desconocida para casi todos, jugando adelantado a largos metros de su arco; confesó que en la nieve de Kiev tuvo “el mejor partido” de su vida porque jugó “en pedo” con una petaca al lado del poste para paliar el frío soviético en un duelo en el que la Selección Argentina de César Luis Menotti derrotó a los europeos por 1-0; y hasta hizo de delantero -jugó de “9”– en un amistoso de Boca en Norteamérica en el olvidable 1984 del Xeneize.


Completó 226 partidos en la Primera de Gimnasia -uno de los que más presencias tiene en ese puesto en el Lobo- y cimentó partidos inolvidables en sus enfrentamientos contra Estudiantes: es el arquero de la historia tripera que mayor cantidad de veces enfrentó al albirrojo. Fueron 24 duelos, entre los 15 oficiales y los 9 amistosos en los que participó entre 1970 y 1974.
El primero de todos los derbis lo jugó el 6 de abril de 1969, por el Metropolitano, y lo ganó. El partido se suspendió al caerse el alambrado de la tribuna de avenida 60 por una avalancha. Se siguió en la vieja cancha de Quilmes, el miércoles 16 de abril. Fue el primer triunfo tripero en lidias locales tras 5 años -no ganaba desde la primera rueda del Campeonato 1964- y por 2-0, victoria que además marcó la primera caída de Zubeldía dirigiendo al Pincha contra Gimnasia, con ese Estudiantes que llegaba siendo campeón vigente de América y del Mundo. El excéntrico festejo de Gatti colgado del alambrado cuando Pignani marcó la ventaja, releva pruebas para entender la importancia de aquel triunfo mens sana tras un lustro.
De los 15 lances oficiales, el “Loco” ganó y perdió la misma cantidad: 6, con tres empates. Y jugó el clásico 100 de la historia tomando la totalidad de partidos oficiales del tradicional duelo desde el primero de todos en 1916. Ese clásico 100 se jugó el 8 de septiembre de 1974 por la 8º fecha del Nacional. Ganó el Pincha 2-0 como local. Los dos goles se los hizo el “Hueso” Rubén Galletti. Fue derrota.


También fue titular la tarde que el Lobo le metió 4 a Estudiantes jugando en el hoy Estadio UNO. Un partido histórico aún hoy: es la mayor goleada (fue 4-1) de Gimnasia contra el albirrojo en su predio de 55 y 1, aunque el match reglamentariamente se disputó en condición de neutral al ser el único interzonal que preveía el Torneo Nacional de ese año. La mayor victoria como visitante de triperos contra pinchas sigue siendo la tarde del Clausura 2003: 4-2.
Así como tuvo de las maduras, también hubo de las verdes para “el Loco”. Una se dio en uno de esos nueve amistosos en los que dijo presente. Por el partido de ida de la Copa Diario El Día de 1972, la Bruja padre tuvo una noche de antología y le metió 4 en el 5-0 de Estudiantes sobre el Lobo. Juan Ramón hizo uno en el primer tiempo y tres en apenas cuatro minutos del complemento, entre el 35 y el 39.
“El duelo entre la zurda de Verón y la melena al viento del estupendo Gatti fue un espectáculo extra para el público”, cronicó el matutino al día siguiente sin ahorrar elogios para el “11” pincharrata: “Juan Ramón Verón, de actuación excepcional, resultó la gran figura”.


Pero si de amistosos se trata, ninguno como aquella noche en el partido de ida de la primera edición de la Copa Rucci, el 18 de febrero de 1970, cuando Gatti debió salir después de que fuera lesionado en el tabique por un canicular “tucumano” de Bilardo hacia su desprotegida nariz. Dicen, el “Loco” lo gozó por el triunfo tripero, Bilardo no le tuvo paciencia al arquero y la tangana posterior fue tal que el “Narigón” tuvo que salir escoltado en patrullero, rodeado de canas, de la vernácula noche de Iraola y 118.
La lesión de Gatti tuvo como consecuencia que la revancha, a las 48 horas, debiera atajarla el juvenil e inexperto Hutchinson, que quedó en la memoria de todos luego de que el defensor albirrojo, el mundialista Rubén Pagnanini, le metiera un gol de cabeza desde casi 40 metros, apenas pasada la mitad de la cancha, como aquel gol de Palermo a Montoya en un Boca-Vélez de 2009.

* Unos garabatos sueltos, pensados y publicados en 90 Líneas.

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