jueves, 14 de noviembre de 2019

La consolidación de un momento histórico



Parecía una quimera, un deseo apenas realizable en la mente pasional de cualquier habitante de la grey pincha; que, como toda mueca irracional, no contempla la frialdad pragmática de lo posible. Lo deseado, en estos casos, siempre deberá ser…
Y fue. Un 8 de noviembre, cuando decenas de miles marcharon una vez terminado el último oficial fuera de 57 y 1; después de 14 años y de más de 300 partidos de localías en el “exilio” obligado. Se consumó, así, esa quimera de tendencia irrealizable en un país con este contexto económico y social, apuntado por el gobierno que termina de la peor forma.
Estudiantes volvió a donde se creía jamás volvería; a la tierra que habita desde siempre, desde que en el verano del '06 le cedieron las tierras del por entonces extenso bosque platense: hubo idas y vueltas, amagos y retrocesos, luchas intestinas, mezquindades políticas, la idea de mudanza a Ensenada, convencimientos, ante las dificultades económicas y políticas, de que el Estadio de 32 se afianzaría, con sus títulos bajo el brazo, como la “nueva casa”…
Pero cuando “el otro Verón” (la “Brujita” para los sub-40; el hijo del gran ídolo “Juan Ramón” para padres y abuelos), el “11” de ahora (ese al que la canción de cancha le agradece en eternos “Muchas gracias, Brujita…, por los títulos, por la Libertadores, por aquel 7-0”) busque un refugio, sabrá que quedará por siempre en la historia más grande de un capítulo irrepetible del club que ama.