jueves, 23 de junio de 2011

El sueño de todos: ¡Campeón!


Ahora que volvió tras 16 años, unos apuntes anecdotarios sobre Russo y un fotógrafo platense que escribí en 2006 cuando le dimos vuelta la final a Boca.

Bilardo lo volvió a reconocer después de más de siete años, una tarde en el Country, en uno de los tantos entrenamientos que llevarían a Estudiantes a lograr la estrella del '82. El tipo, algo cambiado, con varios kilos encima producto de festejos, casamiento, trabajo y vida doméstica, tenía que hacer una producción fotográfica para El Día.
- "Necesito a todos los jugadores sentados en el travesaño", le sugirió al entrenador con algo de vergüenza. Sabía que el equipo de Bilardo era puntero del campeonato y hasta ahí venía con el arco invicto.
- "No, no, no... 'tas en pedo".
El técnico no ocultó su habitual nerviosismo, que profundizaba ahora por el sinsentido escuchado.
- "Mirá si el domingo nos cagan".
Ante la insistencia la producción finalmente se hizo. El costo del convencimiento fue no romper la nueva costumbre, aunque ninguna cábala mal aplicada, desobediente, podría romper la campaña de los Ponce, los Sabella y los Trobbiani.
Unos días después, Bilardo se enteró de la buena nueva, tras un agónico triunfo ante Argentinos.
- "¿Es verdad que lo jodiste al Gordo el domingo y le tocaste la panza?".
No eran aún épocas de desbordes y pasiones mediáticas. El Country mostraba su habitual tranquilidad. El "5" dejó de correr, se secó la cara y se acercó al técnico.
- "Sí, hace mucho que lo hacemos".
- "Entonces lo quiero acá todos los jueves. De acá hasta el partido con Talleres. Pero que no falte. Y no seas pelotudo de olvidarte". Bilardo no dejaba pasar ninguna.
El Gordo, claro, declarado Pincha como era, habitué de la ochava de 115 en los '60 y los '70, no dudó: todo sea por el campeonato y por Estudiantes.
Con el tiempo la rutina daría los resultados esperados. Y tal vez el Narigón todavía crea que el título fue el producto exacto de la comunión entre la mano derecha del capitán de su equipo y la naciente panza de un reconocido fotógrafo del diario El Día.
Russo volvería a La Plata ya como técnico de Lanús para repetir la suerte del bicampeonato de comienzos de los '80; y, lo más importante, le daría continuidad a la rutina con el fotógrafo para subir a Primera en el '95.
Perplejo quedé el miércoles, esperando a la gente de Estudiantes en la entrada local de Juan B. Justo, con la Topper del '83 entre la piel y un largo pullover, intuyendo que el sueño era posible, que las fotos amarillas del Gráfico y los videos con pocas ganas de rebobinarse podían volver a tener presente, cuando un apurado ayudante del cuerpo técnico de Vélez salió de la sala de prensa encarando a los gritos a mi viejo.
- "Gordo, apurate que Miguelito te espera en la confitería. Ta' hace más de una hora. Dale que somos campeones".
El, ansioso, se metió entre todos, se fue sacando los botones de la ajustada camisa y esperó el encuentro con la mano de Russo para volver a gritar como manda la historia: "Estudiantes campeón".

PD: Sobre el tema, dos recomendaciones: Lágrimas y Estudiantes, entre los mitos y la modernización.

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