sábado, 30 de julio de 2011

Montevideo


La ciudad tilda de bizarra. Pero antes es un manicomio sin cura ni enfermos; un gran Bordaland al aire libre; como un domo sin techo con el río como único rebote: hay pocos semáforos y el peatón puede jugar a la Pantera Rosa sin riesgos; los baños de los bares son mixtos; la policía en la calle no deja verse; nadie camina con el celular en la mano... Y hasta te sucede de caer de improviso al Barrio Sur y quel "Lobo" Núñez y su hijo te inviten un asado en el corazón del tamboril afro-uruguayo.